25 ene 2017

Björk en el país de el gasolinazo



No es casualidad: El precio de la gasolina sube de un absurdo modo que no ha sucedido en años y Björk viene a la ciudad de México por primera vez. Pero en este país nada es casualidad. Alucinante... mente indignantes son los precios que se manejan: 750 para verla en tamaño pulgar, y 12 mil o no se cuántos si le quieres ver los ojos. Parecería lógico para una artista que maneja producciones muy ambiciosas en sus presentaciones, pero no lo es. Estamos hablando nuevamente de una exclusividad, de que la música sólo está al alcance de un sector poblacional, o bien de aquel que casi literalmente vende su alma por ver a su artista.

Yo siempre supe que jamás vería a Björk en vivo, pero tras ver el cartel patrocinado por OCESA justo después del aumento a la gasolina, lo primero que pensé fué en cómo la habrán convencido.
OCESA, una empresa cuyas acciones fueron adquiridas por la televisora oligarca mexicana por excelencia, Televisa. OCESA, que lucra abriendo preventas exclusivas con tarjeta habientes y Ticketmaster que terminan siendo subastas cínicas donde sólo ganan unos pocos. OCESA, que ha monopolizado la música en vivo, dejado sin oportunidades a miles de músicos locales y millones de ciudadanos sin posibilidad de acercarse a la cultura. OCESA, el culpable de que artistas internacionales underground o de "talla menor" se presenten en hoyos olvidados e inseguros. OCESA, el que paga una miseria al músico que patrocina, comparado con el botín que se reparte.

No me lo saqué de la manga, es real:

http://www.proceso.com.mx/315963/ocesa-la-prostitucion-de-la-musica


Y así es como la gasolina está en sus mejores y más accesibles precios en los últimos años en el mundo, mientras que en México el costo es desorbitante. Así es como Björk cobra precios justos por su trabajo en Europa, y precios imposibles nos cuesta verla en México. No, ni siquiera 6 mil de los 12 mil pesos, ni siquiera 300 de los 750 que pagas van destinados a ella. Si vas a ver a Björk, le estás pagando a Televisa y asociados, no a ella. En otras palabras, están explotando su trabajo, y tú lo estás comprando. En redes sociales sus "fans" presumen sus boletos, sin saber la relación existente: Prostituta-Padrote-Cliente; Björk-OCESA-Tú.


No, ir a ver a Björk en el Auditorio Nacional no es 'cool'. Ir a verla sólo demuestra una triste ignorancia o una gran frivolidad y conformismo. Sólo es el reflejo de lo que la sociedad mexicana es, y el por qué tenemos este gobierno y esta crisis.

El hablar de Björk para mí es sólo un ejemplo que uso porque a mí me gusta, pero no es la primera ni la última vez. Ha pasado y ha funcionado con otros músicos, y seguirá siendo así. 
¿Que estoy ardida porque soy jodida y no podré verla? Obviamente de eso va todo. Para mí el ver a Björk en tamaño pulgar podría implicar dejar a mi hija sin comer por días, para miles de personas también. Para otros miles implica quedarse sin hogar, y para otros ni siquiera es una posibilidad. Nuestro gobierno dice que los pobres no tenemos derecho a la cultura, y nosotros decimos "sí". De eso va todo. Y claro nunca falta quién me invite la entrada "Gracias a dios soy bonita"** Pero de paso aclaro, por si se sintieron ofendidos, esta es la razón por la que no pienso ir.


**Referencia a la canción "Thank God I'm Pretty" de Emilie Autumn.

Esta entrada en particular es con fines informativos y de opinión personal, al final cada quién sabe lo que hace con su mierda.




2 comentarios:

  1. tienes toda la razón, en mi caso, yo no voy a conciertos o tocadas porque la mayoría de la pinche "banda" es una bola de salvajes; además la calidad del audio suele empeorar en comparación con las canciones grabadas en estudio, son pocas las canciones que suelen mejorar en concierto o ser igual de chingonas que las grabadas en estudio, algunos de mis ejemplos son: weisses fleisch, bestrafe mich, asche zu asche de RAMMSTEIN; antichrist superstar, great big white world, the last day on earth de Marilyn Manson

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    1. En todo caso la cuestión del audio es siempre compleja, depende mucho del lugar y el equipo. Tanto que al final la calidad la termina demostrando el artista, ya sea que se presente en un hoyo barriero o en el Auditorio Nacional, estamos de acuerdo en que no se compara a un Justin Beiber con la calidad y super producción de ese establecimiento, con un Bob Dylan en cualquier bar en los 60's.
      En cuanto a la gente "salvaje" no se a que te refieras. Hay artistas que dicen amar la entrega del público mexicano.
      Gracias por leer, un saludo.

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