4 ene 2017

Parte I: El modo en que vuelas

He estado pensando en ti desde ese día. No sabía como explicarte que así soy.
La persona que más he odiado en mi vida me describió como una hortaliza fértil con cualquier rocío. Yo lucho contra esa definición día a día.
Lucho por no volver a intentar crecer alimentándome de brisas vulgares, hipócritas, violentas. No es así como quiero ser, no quiero ser una víctima.


Le doy exceso de importancia a algunas cosas irrelevantes. Quienes me conocen en persona me han dicho que soy una persona tranquila, porque quizá es lo que intento aparentar para esconder la tensión que llevo dentro. Hago que todo me importa una mierda cuando en realidad no puedo ni dormir. Soy un tornado.

Tu siempre me pareciste dulce. Recuerdo la primera vez que te vi detenidamente:

"Estaba sentado con las piernas cruzadas sobre el brazo de un sofá (¿o una mesilla?)
Llevaba una gorra con víscera, color negro con un círculo rojo en la parte frontal

que me hacía pensar en la bandera del sol japonés; un sol nocturno japonés
Me miró con seriedad desde su lugar, o quizá no a mí sino al infinito."


Esa sensación de ternura se hacía manifiesto por medio de todo tu físico, palabras y movimientos. Nunca fue cosa mía, todo el mundo lo sabía.
Nunca me sentí especial ante ti. Nunca me siento así ante nadie que no sea yo misma, cuando estoy entre gente, cuando estoy expuesta.
Pienso que llamo la atención, estoy segura de ello pero es sólo un flash. En realidad no soy interesante para la mayoría de las personas.
No me sentí especial para ti, ni cuando tomé la iniciativa de presentarme contigo (lo cual es nuevo para mi). Me sorprendió advertir que llevas un alma eternamente joven, y esto le atribuyó más ternura a tu esencia. O quizá sólo la justificó.

Y así podría decir cualquier cosa de ti, pero el modo en que vuelas...
Habría pasado por alto todo el resto, pero te vi volando en el estacionamiento. A mi no me impresionan las apariencias o el dinero, ya tampoco el intelecto. A mi me impresionan las pasiones.
La primera vez que te vi volar, de inmediato supe que eres libre.




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