13 jun 2015

Breve carta a una amistad no correspondida


Ser tu amiga es una mierda. Lo fue hace algunos años y lo es de nuevo. Fui tu confidente por días y horas, y dejé que las hormigas cafés me picaran las nalgas y las piernas, sentada junto a ti en suelos recelosos sólo por no dejar de escucharte. ¿Ya olvidaste quién iba a buscarte? Quién accedía a ser tu oído cuando necesitaste a alguien. Muy mala consejera, muy mal ejemplo pero siempre dispuesta a leerte. Te olvidaste de algunos amigos antes de cinco centímetros de fama; nos odiaste por equivocarnos pero tu también te equivocas y lo sabes.
Creo que pocos han creído en ti como yo lo hice. A veces en mi narcisismo creo que nadie. Quizá mi error fue mandarte al carajo.
Y ¿Qué es amistad? ¿Para ti significa algo? Llevo meses sin tomarlo personal, pero te sigo importunando. No sé si aún me consideras tu amiga, pero seguro ya no me necesitas. Por mi parte siempre estaré aquí porque el alejarme de ti me ayudó a comprender mejor quién soy y quién eres. No voy a olvidarte.
Te escribo porque me canso, te reprocho porque a veces me dueles. Pero aún sé quién eres, compañero, y nunca te negaré mi mano.


Al "Merodeador Nocturno"

No hay comentarios:

Publicar un comentario