05-09-19

Andaba en topless en la calle, por andadores parecidos a los de la casa donde viví toda mi infancia. Andaba en topless con una almohada abrazada al pecho, para cubrirme pero sin sentir vergüenza. Andaba y me puse a cantar esa canción, fuerte y decididamente: "Give me some love, give me some love and hold me, give me some love and hold me tight".
Era de día, la gente pasaba y me miraba un poco, pero no me inmutaba, seguía cantando feliz y libre, con la almohada en el pecho. Terminé encerrada en una jardinera complicada, con pasto, lodo y desniveles. Vi a otras personas atrapadas también, saltar la barda, era algo alta pero no más que yo. Aún así me causaba inseguridad no poder saltarla o caer en el intento. Miré a mi izquierda y había un pequeño camino abierto por el que podía salir sin tener que saltarla, pero todos los demás iban hacia la derecha y saltaban ágilmente. Decidí que debía ir por la derecha a cualquier costo. Observé una plataforma saliente al exterior de la reja, por la que me permití escalar para salir, cosa que a nadie se le había ocurrido hacer. Logré subir entonces sin demasiado esfuerzo, y una vez de pie en la plataforma, pensando en bajar para continuar mi camino, alguien me detiene por el brazo. Alguien de origen japonés que no conozco en la vida real pero que en el sueño aprecio mucho, un amigo quizá, me mira a los ojos preocupado, me toma de ambas manos y las junta mientras me dice con un español que se dificulta en su boca "Yo no soy así, yo no soy cochino... te juro que no soy así". Su cabello lacio y castaño contornea su rostro, sus ojos ruegan profundamente preocupados y al verlos me doblego, me invade la ternura, le respondo: "Yo lo se, se que tu no eres así". Tengo la sensación de que somos grandes amigos, pero esa escena me hace sentir fuego en el estómago. No quiero creerlo, que él pudiera verme con ojos distintos a los de un amigo mas su angustia por que crea en él me intriga. Es todo lo que puedo relatar.

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Y ahí estaba mi ideal muy claro, tan claro como la imposibilidad de encontrarlo en este país y quizá tampoco en este continente, y a saber si en el resto del mundo, a donde de todos modos nunca iré. Pero está tan claro que le quiero dar vida y sé que puedo, ofrecerle un mundo increíble y fantástico en el que habitar. Quiero incluso aprovechar mi flexibilidad para hacerle alter egos y así expandir su hermosa vida mucho más lejos. Pero me ha dado miedo comenzar, será que él también tiene miedo de existir?? Será que tenemos miedo de que sea imperfecto y me origine decepciones? Humano, debo crearlo humano. No será perfecto, se está deconstruyendo. Igual que yo en esta dimensión.