17 abr 2017

Volví a dejar mi corazón en la biblioteca o El proceso de sanación Parte I

La alerta de género se disparó en 2015 y yo me enteré de ello hasta 2017. Probablemente porque en 2015 yo me encontraba enclaustrada en mi propia batalla. Ahora en la ciudad hay muchas de campañas de género, lo cual me hace sentir acogida, el saber que hay un sector que se preocupa por sacar a la luz algo que ha estado sumergido en las tinieblas por tantos años. 
Entretanto, me encontré el mes pasado en mi segundo hogar con una exposición llamada El tendedero, en la que la artista conceptual y activista Mónica Mayer realiza una puesta en tiempo real de un tendedero de notas anónimas que responden a diversas preguntas como ¿cuándo fue la primera vez que fuiste abusada o maltratada por ser mujer? Al acercarme, una oficial de seguridad del lugar me invitó de inmediato: “De este lado tenemos tarjetas y pinzas por si gustas aportar, o del otro lado se encuentra el libro para que conozcas más de la autora.” Intrigada, me tomé el tiempo de leer todas las notas, y terminé conmovida (aunque no sorprendida) ante la cruda normalidad con que bajo el anonimato muchas mujeres relatan en breve desde lo más molesto hasta lo más triste que se puede pasar por el hecho de ser mujer en México, tan sólo en México. 
Así que tomé un bolígrafo y tendí lo mío. Nunca pensé que podría relatar tanto en sólo dos tarjetas: Dolor, traición, rabia, injusticia; reducidos fríamente a sólo dos párrafos.
Antes de irme recorrí los libros recomendados respecto al tema y encontré una joya. Lo traje a casa por curiosidad y nunca pensé que me ayudaría tanto, pero fue como una sacudida preocupada seguida de un abrazo.