11 may 2018

Tu tan Hell and Heaven, yo tan Punkytud Fest

El 5 de mayo pasado aterricé en uno de los festivales underground más ambiciosos de la última década: El Internacional Punkitud Fest, que en su segunda edición contó con la presencia de 50 a 60 bandas nacionales e internacionales, con presentaciones repartidas en sus dos días de duración.
"Derribando muros y dogmas" y no sólo eso, sino desafiando preferencias y posturas la fecha coincidió por casualidad o no con el famoso engendro del capital y monopolio de la industria musical en vivo, Hell and Heaven con lo que para quienes lo vivimos, se volvió inevitable la comparación. Desde la experiencia de algunos que viajando en transporte público con maletas y tiendas de campaña fuimos malinterpretados (no, no voy para el cielo y el infierno*, voy a fijar bien mis pies a la Tierra) hasta llegar al lugar del evento a experimentar un fin de semana que, aunque para algunos sólo fue un tokin más, para otros fue una convivencia amistosa bien organizada y totalmente inclusiva para quienes compartimos el punk como preferencia e/o identidad.

Lo que llamó fuerte mi atención fue la dinámica de actividades múltiples en un sólo evento, combinando actividades de ocio, recreación, vacación, diversión, espiritualidad, consciencia, análisis y visión a futuro en un sólo lugar, tiempo y espacio. 
 Y si bien no todo fue miel sobre hojuelas, (desde que el festival fue anunciado hubo roces, críticas, sabotaje y falsificación hasta ciertas incidencias de algunos necios los días del evento) al final fluyó dejándonos un buen sabor de boca y grandes recuerdos, pero lo que es mucho más importante, muchas enseñanzas, reflexiones y esperanza para seguir ideando y construyendo proyectos que apoyen la escena, la ideología autogestiva, que rompan con toda imposición que nos impida crecer individual y colectivamente.

En lo personal asistí por primera vez y sin acompañantes salvo mi hija, lo cuál fue una experiencia nueva para mí y un poco arriesgada, me decían mis allegados; el viajar solas sin auto (aunque fuera un viaje corto) hasta un lugar grande con gente que en su mayoría -más por timidez que por extrañeza- no conozco, y encima pasar allí dos noches acampando a la intemperie. Debo admitir que el riesgo no era bajo (porque vamos, a pesar de ser una comunidad generalmente respetuosa, vivimos en un país feminicida). Probablemente intentaba ejercitar mi libertad e independencia, ponerla a prueba, desafiar al país y sus circunstancias limitantes para las mujeres y niñas(os). Tal vez no debimos haber ido solas, la verdad no lo recomiendo y no es que dude de la seguridad y excelente organización del evento, o de la gente que asistió a éste. Tampoco puedo asegurar que no lo volvería a hacer de ese modo pero es para reflexionar el grado de peligro al que eres capaz de exponerte buscando una buena experiencia cuando como mujer vives todos los días de tu vida en riesgo de todo. Por fortuna para nosotras todo salió bien y quedé satisfecha, con muchas ganas de repetir la experiencia (imperdible, eso sí).

Y es que lo que se vivió esos dos días no es algo fácil de poner en palabras, lamentablemente tampoco pude tomar muchas fotos pero ---> por ahí rondan muy buenas imágenes capturadas. Al inicio del post mencioné que es uno de los eventos más ambiciosos, y es aquí donde cabe el enorme reconocimiento a los organizadores porque no es nada fácil juntar a alrededor de 50 bandas, entre ellas internacionales y gestionar cada detalle. Realmente muchos no sabemos el trabajo que hay detrás de todo esto; yo nunca he organizado un evento pero he seguido muy de cerca el proceso para traer a una, sí, una sola banda y es una joda. Acá no estamos hablando sólo de 50 bandas, o de 15 internacionales y todo lo que conlleva invitarlas (administración de tiempo y dinero, lugar, seguridad, hospitalidad, equipo adecuado, transporte, etc.), sino además un servicio de lo más completo para los asistentes, la inclusión de actividades extra, la garantía de seguridad en la medida posible, la inclusión a través del servicio de comida vegana, área infantil, transporte directo, promociones... Y todo sin ningún patrocinador, sin monopolio inversionista, sin abusar del precio del boleto; de forma totalmente autogestiva. Mi insistencia en esta reflexión y el comparativo con aquel otro festival es que con todo respeto a las bandas que se presentan allá, es una pena apoyar a festivales que propician la explotación en la industria musical y la creación de música para fines frívolos o económicos, mas no como cultura y arte. Nos encontramos en una era donde se especula que el rock y su familia están por desaparecer gracias a la popularidad de la música frívola, y nuestro más grave error es aportar a los pilares que mantienen a la industria que propicia su desaparición.

Aunque recomiendo ampliamente el festival Punkytud a cualquier persona que lleve ideologías subversivas o que disfrute de este género, comprendo que no todos gustan de él. Pero la existencia de proyectos como éste nos hacen ver que aún hay alternativas, que es posible autogestionar un festival de música de forma independiente y salir con éxito, que si a mi no me gusta el punk y prefiero otro género puedo organizarme y armar mi propio evento o cualquier cosa que se me ocurra. Hay que seguir los buenos ejemplos y abrir los ojos a que hay mucho más allá de lo que conocemos o a lo que tenemos acceso.


Lo que intento decir es que, como seguidora de la escena under, nuevamente estoy muy orgullosa del trabajo que se realiza, en este caso en México, país que lamentablemente se encuentra en estado crítico y necesita más que nunca de ese sector preocupado por generar un estilo de vida distinto, rebelde y defensivo de la cultura y contracultura. Probablemente no cambiaremos el país ni el mundo, pero somos (al menos entre nosotros) la esperanza de saber que no estamos solos en las ideas de lucha por algo que, aquellos que llaman utopía, es porque no han estado en un Punkytud.


Por cierto, no me despido sin mencionar que la selección de bandas fue increíble, incluyendo a las muy esperadas. Pura emoción, unión y buena onda, comparto abajo un poco de lo subido por algunos compañeros.
Gracias a todos los que organizaron, aportaron, asistieron y complementaron este evento. Gracias también a los que me encontré por allá y compartimos algún buen momento. Si todo sigue así, nos veremos la próxima.





1 comentario:

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