Él se levantaba cada mañana
Se vestía de silencio
y sin percatarse, suspiraba
En sólo dos horarios su rutina avanzaba
Perfectamente imperfecto
Simple, pausado
y complejo
Él se tomaba su tiempo
y sólo cantaba desnudo
Parecía que dentro de sí
no articulaba pensamientos
sino más bien números
Él era una constante
Un hábito
El mundo
Y soñaba despacio
En anhelos secretos
y profundos espacios
En canciones calladas
y ritmos que gritaban
sus verdades negadas...
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